Las articulaciones están involucradas en cada actividad que hacemos. Estas "bisagras" naturales nos permiten levantarnos de la cama, caminar, agacharnos, recoger objetos, hacer deporte. Para que nos sirvan durante toda la vida, deben ser tratados bien.
Mientras las articulaciones funcionen correctamente, no pensamos en ellas en absoluto. Sin embargo, cuando comienzan a fallar, cada actividad causa dolor y, con el tiempo, el funcionamiento independiente se vuelve mucho más difícil. Y no solo se aplica a los ancianos: las enfermedades de las articulaciones pueden atacar a cualquier edad. Algunos de ellos no se pueden evitar porque están, por ejemplo, determinados genéticamente o relacionados con un funcionamiento defectuoso del sistema inmunológico. Pero muchas enfermedades son consecuencia de un estilo de vida inadecuado. Es por eso que vale la pena cuidar el estado de las articulaciones con anticipación: evitará el dolor crónico y la limitación de la condición física.
En primer lugar, debe proporcionarles una dosis adecuada de ejercicio no demasiado extenuante (preferiblemente 3 o 4 veces por semana durante 30 minutos). Es una verdadera bendición para las articulaciones por varias razones. La actividad física sistemática flexibiliza los ligamentos y fortalece los músculos que estabilizan las articulaciones, lo que reduce el riesgo de lesiones y, por tanto, de daños en la articulación. La actividad física también es de gran importancia en el correcto metabolismo del cartílago articular. Y su resistencia a la sobrecarga depende de esto.
También es importante mantener un peso corporal saludable, porque cuanto más pesamos, más cargamos las articulaciones, lo que hace que se desgasten más rápido. El sobrepeso y la obesidad a menudo van acompañados de trastornos metabólicos (por ejemplo, gota, diabetes), que también aceleran el desarrollo de cambios degenerativos. Es importante destacar que la obesidad es proinflamatoria y la inflamación crónica en el cuerpo contribuye a la destrucción del cartílago articular.Por esta razón, los alimentos que tienen un efecto proinflamatorio, incluidos dulces, bebidas con alto contenido de azúcar, carnes rojas, comida rápida, productos lácteos grasos. Con la mayor frecuencia posible, vale la pena comer alimentos con propiedades antiinflamatorias: verduras y frutas de color intenso, que también son ricas en vitamina C, necesarias para la producción de colágeno, el componente básico del cartílago articular; especias: jengibre y cúrcuma; así como linaza y pescado (fuente de ácidos grasos omega-3, que calma los procesos inflamatorios).
Las articulaciones también deben protegerse contra sobrecargas frecuentes (por ejemplo, relacionadas con el trabajo profesional, pasatiempos, deportes de competición). Favorecen el desarrollo de una enfermedad degenerativa. Puede afectar cualquier articulación, pero con mayor frecuencia afecta las rodillas, las caderas, las manos y los pies, así como la columna. Se manifiesta con dolor, rigidez articular (especialmente por la mañana), crepitaciones al moverse. Con el tiempo, la forma de la articulación cambia y su movilidad es limitada. Asesoramos sobre cómo cuidar articulaciones específicas para prolongar su juventud.
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