Los antibióticos combaten las infecciones bacterianas de forma rápida y eficaz. Sin embargo, la potencia de los antibióticos puede disminuir si no seguimos las reglas sobre su uso. Compruebe si conoce las reglas para el uso seguro de antibióticos.
Los antibióticos son fármacos que se utilizan en el tratamiento de infecciones bacterianas (y en ocasiones por hongos). Matan bacterias o inhiben su crecimiento y división. No destruyen los virus de la gripe y el resfriado.
No deje de tomar el antibiótico hasta el final del curso del tratamiento.
No debemos tratar de obligar al médico a recetar antibióticos, ni debemos tratar de tratarnos con ellos, utilizando los restos de medicamentos no utilizados. El uso injustificado y demasiado frecuente de ellos promueve mutaciones bacterianas. Están surgiendo nuevas cepas que pueden defenderse de este tipo de fármacos. Son resistentes a su acción, es decir, insensibles. La interrupción no autorizada del tratamiento también contribuye al aumento de la resistencia.
Los antibióticos hacen que se sienta mejor rápidamente y algunas personas con antibióticos dejan de tomarlos cuando se sienten mejor. ¡Esto es un gran error! Algunas bacterias sobreviven, lo que puede provocar una recaída de la enfermedad y aumentar la resistencia de las bacterias al antibiótico. Darlo una segunda vez no funcionará. El mismo efecto se logra reduciendo las dosis del fármaco.
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1. Tome el medicamento a intervalos y dosis recetados por su médico.
Es importante mantener constantes los niveles sanguíneos del antibiótico. Puede llegar aproximadamente una hora tarde al tomar el medicamento. Si recuerda la siguiente dosis después de mucho tiempo, omítala.
2. Beba las tabletas, cápsulas con agua.
Los jugos cítricos, la leche y las bebidas lácteas y la cafeína pueden reducir la absorción de antibióticos hasta a la mitad. Ciertos alimentos también pueden afectar la absorción del antibiótico, por lo que generalmente se toma una hora antes o dos horas después de una comida.
3. Dígale a su médico qué medicamentos está tomando.
Incluso las preparaciones a base de hierbas pueden interactuar con los antibióticos y afectar su potencia.
4. No beba alcohol durante el tratamiento, ya que debilita el efecto del fármaco y aumenta el riesgo de efectos secundarios.
El antibiótico combinado con alcohol puede causar aumento de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca, dificultad para respirar, dolor de cabeza.
5. Utilice probióticos protectores.
Los antibióticos destruyen las cepas de bacterias del ácido láctico que forman parte de la flora bacteriana del tracto digestivo. Son una barrera para los microorganismos patógenos. Por lo tanto, vale la pena complementar su cantidad tomando probióticos.
Los pacientes intentan obligar a los médicos a recetarles antibióticos. El uso inadecuado de ellos puede provocar resistencia a los medicamentos.
Los médicos reconocen que se debe recetar un antibiótico como medicamento de "último recurso". Sin embargo, más de la mitad de los pacientes tratan de obligarlos a escribir dicha receta, porque creen que una preparación más fuerte acortará la duración de la enfermedad y, por lo tanto, volverán a sus funciones más rápidamente.
Fuente: Lifestyle.newseria.pl
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