Las razones de la falta de apetito varían. Los trastornos alimentarios en los niños suelen ser el resultado de errores alimentarios de los padres, que a veces obligan a sus hijos a comer. A su vez, la renuencia a comer en los adultos puede deberse, por ejemplo, a la depresión. Descubra las causas de la falta de apetito en niños y adultos.
Las causas de la falta de apetito son diferentes en niños y adultos. En los niños, la falta de apetito suele ser el resultado de errores dietéticos o alergias alimentarias. A su vez, en los adultos, los trastornos del apetito pueden ser causados por el tabaquismo o la depresión.
Falta de apetito en niños y adultos: causas
- Comer errores
Las prisas para comer o las comidas no variadas pueden causar pérdida de apetito. En los niños, un factor que contribuye al desarrollo de los trastornos del apetito es obligarlos a consumir cantidades excesivas de alimentos (con dulces en los intervalos entre comidas). Estos errores dietéticos provocan una pérdida real de apetito por sobrecarga del tracto digestivo o por reacciones mentales.
- Problemas estomacales
La falta de apetito es uno de los síntomas de indigestión o úlceras de estómago. Los problemas de estómago suelen ir acompañados de un dolor abdominal intenso que se siente como si tuviera hambre. Es por eso que los enfermos evitan comer. En tal situación, debe seguir una dieta de fácil digestión y consultar a un médico para descartar enfermedades del estómago.
- Alergias a los alimentos
Las alergias alimentarias más comunes son las siguientes: proteínas de la leche de vaca, nueces, huevos, trigo, soja, pescado y mariscos. El alérgeno puede causar dolor abdominal (principalmente en un niño), evitando así instintivamente la causa de las dolencias. Por lo general, pero no siempre, la falta de apetito es un síntoma que acompaña a los síntomas de la alergia, como un cambio en la piel (urticaria y dermatitis atópica), diarrea o vómitos. En tal situación, debe consultar a un médico lo antes posible, porque en casos raros puede ocurrir un shock anafiláctico, que es una amenaza directa para la salud y la vida.
- Síndrome de malabsorción
El síndrome de malabsorción conduce a una mala digestión y absorción de uno o más de los nutrientes que están presentes en la dieta diaria. Estas sustancias no son absorbidas por el cuerpo, pero en su mayoría se excretan durante la defecación (el rasgo característico son las heces desagradables y grasosas). La pérdida de peso, la fatiga constante y los lloriqueos son síntomas típicos de los trastornos de malabsorción.
- Infecciones
La causa de los trastornos alimentarios puede ser un resfriado o una gripe, que debilitan el cuerpo durante mucho tiempo. Un cuerpo debilitado necesita tanta energía como sea posible para combatir la enfermedad y no puede gastarla en digerir las comidas, por lo que automáticamente reduce la actividad del sistema digestivo. Durante una infección, debe beber muchos líquidos y no obligarse a comer.
- Anemia
La anemia, es decir, anemia, generalmente se manifiesta como piel pálida, fatiga rápida o falta de concentración.
- Estreñimiento habitual
El estreñimiento habitual en los niños a menudo se manifiesta por falta de apetito. Las heces en los intestinos se vuelven más duras con el tiempo, lo que puede causar dolor al defecar. Por tanto, el niño evita conscientemente comer.
Según la experta Iza Czajka, fisióloga de la nutriciónFalta de apetito, vómitos, debilidad: ¿qué hacer?
No puedo lidiar con lo que está sucediendo por mi cuenta. No he podido comer durante 2 meses porque cuando como algo me siento mal y vomito. No sé si esto es el comienzo de alguna enfermedad o por el estrés que se cierne sobre mí. Lo más extraño es que no tengo hambre, pero me siento mal: me siento mareado, me duele la cabeza y estoy débil físicamente, no tengo fuerzas para nada, duermo mucho. Mi familia me "aprieta" la comida, pero la mera idea de tener que comer y luego regresar me enferma. Nunca he tenido problemas para comer. ¿Que puedo hacer?
Iza Czajka, fisióloga de la nutrición: Lo único que puedo aconsejarte es que visites a un médico de cabecera y evalúes tu salud, es decir, que realices una serie de pruebas que deben responder si tus síntomas son un presagio de una enfermedad o una introducción a los trastornos alimentarios. . Si los resultados muestran inflamación, cambios en los niveles de enzimas digestivas, niveles altos o bajos de azúcar o insulina, o trastornos en la secreción de otras hormonas, se lo derivará al hospital para un diagnóstico en profundidad. Si resulta que tiene un trastorno alimentario temprano, consultará a un psiquiatra con una derivación. Terapia + antidepresivos y todo debería volver a la normalidad.
- Parásitos
Los oxiuros, tenias o tricocéfalos son los parásitos que infectan a los niños con mayor facilidad. En este caso, la renuencia a comer se acompaña de dolor abdominal y náuseas. Vale la pena saber que la presencia de parásitos gastrointestinales también puede provocar síntomas que se asemejen a las alergias, por lo que conviene acudir al médico lo antes posible.
- Estrés
El estrés estimula el sistema anatómico para que produzca en exceso cortisol, adrenalina y norepinefrina, que inhiben la peristalsis intestinal y "tensan" el estómago, lo que resulta en desgana para comer.
- Depresión
La anorexia es uno de los síntomas comunes de la depresión. Incluso sucede que la depresión se diagnostica erróneamente como anorexia. La depresión suele ir acompañada de dolores de cabeza tensionales.
- Anorexia
En algunos casos, la depresión conduce a la anorexia, o anorexia nerviosa, una enfermedad mental cuyo síntoma principal es un esfuerzo persistente por perder peso.
- De fumar
Fumar cigarrillos puede reducir su apetito porque el tabaco reduce la cantidad de calorías absorbidas y acelera su metabolismo. Se dice que fumar un cigarrillo aumenta el gasto energético del cuerpo en aproximadamente un 3% durante aproximadamente 30 minutos después de fumar un cigarrillo. También puede haber una sensación de plenitud (estómago lleno) que dura hasta dos horas.
- Disfagia
La disfagia es un trastorno de la deglución. En el caso extremo, podemos lidiar con la afagia: es una incapacidad total para tragar alimentos y líquidos. Tal condición puede ser causada por lesiones del tracto gastrointestinal, enfermedades del sistema nervioso o una consecuencia de una lesión cerebral: accidente cerebrovascular o contusión. En el caso de daño en la parte lateral del hipotálamo, que es responsable de sentir hambre (por ejemplo, debido a una lesión en la cabeza), la sensación de hambre puede suprimirse. Sin embargo, este tipo de situaciones ocurren muy raramente.