La degeneración de las articulaciones (osteoartritis) afecta a gran parte de la población. La causa suele estar en la obesidad, la falta de ejercicio o su repetición repetitiva, así como en las lesiones comunicativas y deportivas. En algunos países, esta enfermedad afecta a más del 20 por ciento. la población de personas mayores de cuarenta años.
La osteoartritis puede ocurrir en cualquier articulación que tenga cartílago hialino. Los cambios más comunes se refieren a las articulaciones de las extremidades inferiores sometidas a la mayor tensión: cadera y rodilla. Su carga está significativamente influenciada por el peso corporal del paciente. El exceso de peso entre los veinte y los veintinueve años puede provocar cambios degenerativos en las articulaciones después de los cincuenta. El problema es grave porque el proceso de la enfermedad afecta los músculos, el aparato del cápsulo-ligamento articular, las superficies articulares, la capa de subcartílago del hueso y, a menudo, las articulaciones adyacentes.
Osteoartritis: tratamientos para la osteoartritis
En el tratamiento de los cambios articulares degenerativos, además de los métodos invasivos, se utilizan una amplia gama de métodos no quirúrgicos. Los métodos más comunes para reducir los síntomas de la degeneración y mejorar la calidad de vida de los pacientes incluyen la farmacoterapia, la fisioterapia, la rehabilitación y la reducción de peso, así como el uso de varios tipos de prótesis o dispositivos ortopédicos. El tratamiento analgésico tiene como objetivo no solo eliminar o minimizar el dolor, sino también reducir la tensión muscular refleja al reducirla. Cuando, además del dolor, hay hinchazón, exudación o aumento del calor de la articulación, existen indicaciones para el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos. Deben aplicarse con precaución a personas con antecedentes de úlcera péptica, enfermedad renal, hipertensión arterial y trastornos de la coagulación sanguínea. Los medicamentos antiinflamatorios esteroides, a su vez, son un arma importante, pero también peligrosa, en la lucha contra las enfermedades degenerativas. Se trata de preparados hormonales con un efecto antiinflamatorio muy fuerte, dependiendo de la administración local o sistémica. Las contraindicaciones para el uso de este método son enfermedades infecciosas agudas, úlcera gástrica, osteoporosis grave, trastornos mentales, insuficiencia renal, glaucoma y diabetes.
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