¿La depresión es hereditaria? La investigación realizada hasta ahora sugiere que no lo es. Solo puede heredar una tendencia a la depresión; esto significa que los hijos de personas que padecen trastornos depresivos tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad (aproximadamente un 15-30% en comparación con los hijos de padres sanos).
La herencia de la depresión es un tema que se ha investigado repetidamente. Hasta el momento, ninguno de ellos ha confirmado que los trastornos depresivos deban ser una enfermedad hereditaria. Los genes son uno de los factores que influyen en el desarrollo de esta enfermedad, pero no son determinantes.
Factores que influyen en el desarrollo de la depresión.
Actualmente, la creencia dominante en psicólogos y psiquiatras son los determinantes biopsicosociales de la depresión. Esto significa que su aparición está influenciada por tres tipos de factores:
- biológicos: se relacionan con la transferencia de genes y las anomalías de los neurotransmisores;
- psicológicos: se relacionan con la estructura psicológica de una persona determinada, por ejemplo, su reacción al estrés, formas de establecer relaciones con otras personas, etc.
- socioculturales: incluyen factores externos, por ejemplo, problemas materiales o profesionales, riesgo de patología, violencia, patrones familiares nocivos.
Por lo tanto, los genes son solo una de las muchas causas del desarrollo del trastorno unipolar, aunque es difícil evaluar en qué medida influyen en el desarrollo de la enfermedad. Ciertamente no confirman al 100% que el hijo de una persona enferma también tendrá depresión.
El papel de los factores hereditarios en la aparición de depresión.
Estar relacionado con alguien que sufre de depresión no significa automáticamente que la desarrollará a una edad posterior. Lo único que se puede decir es la mayor susceptibilidad a los trastornos depresivos en los familiares de primer grado: la probabilidad de desarrollar depresión es un 15-30% más alta que en los hijos de padres sanos.
La carga genética también influye en la edad a la que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad; se ha observado que las personas que tienen familiares con depresión desarrollan síntomas de la enfermedad a una edad más temprana que aquellas que no tienen antecedentes familiares de depresión. Además, cuanto menor es la edad de los padres afectados, mayor es el riesgo de que sus hijos desarrollen trastorno unipolar.
Heredar la depresión en los hermanos
Los estudios en gemelos idénticos han demostrado que si uno se deprime, el otro tiene entre un 22 y un 67% de probabilidades de desarrollar la enfermedad. En el caso de los gemelos fraternos, el riesgo es menor, varía de 0 a 45%.
Es importante destacar que, incluso si los gemelos fueron separados inmediatamente después del nacimiento y se criaron en familias diferentes, ambos mantuvieron el mismo grado de vulnerabilidad a la depresión.
Heredar la depresión de los padres: no siempre los genes son los culpables
Aunque la tendencia a la depresión en los niños cuyos padres sufrieron trastornos del estado de ánimo es mayor, no tiene por qué ser causada únicamente por genes. La forma en que se cría a los niños y los patrones de conducta que les comunican sus padres también tienen una gran influencia en la aparición de la enfermedad. Si están luchando contra la depresión, sus habilidades de crianza se ven algo deterioradas: no pueden mostrar a sus hijos suficiente afecto y cuidado por ellos. Por lo tanto, también puede haber un mayor riesgo de desarrollar depresión en sus hijos.
Esto te será útilExperiencias traumáticas y herencia de la depresión
El principal factor que causa la depresión son las situaciones de emergencia que provocan una fuerte respuesta al estrés. Sin embargo, en este caso, el riesgo de transmitir la enfermedad a la descendencia no debería existir, porque la depresión es causada por factores externos, no biológicos. Resulta de otra manera.
Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv han observado que en las ratas, el estrés ambiental contribuye a ciertos cambios genéticos. Los mismos cambios se revelaron en su descendencia y en las generaciones posteriores, incluso después de la eliminación de los factores de estrés. Sobre esta base, los investigadores concluyeron que las fuertes respuestas emocionales dejan una marca permanente en los genes de los organismos vivos, que transmiten a las generaciones futuras.
Del mismo modo, en los seres humanos, heredar cambios en el ADN causados por una emergencia puede hacer que las personas sean más propensas a la depresión y la ansiedad. Este mecanismo explica por qué los descendientes de sobrevivientes del Holocausto tienen niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés. Este síntoma es característico del trastorno por estrés postraumático, que puede surgir, entre otros, como consecuencia de experiencias traumáticas.
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