Tengo un problema con mi profesor de matemáticas. El caso es el siguiente: recientemente fui a Londres durante 1,5 semanas para practicar el idioma inglés. En ese momento, el profesor de matemáticas anunció una prueba. El martes después de la llegada, informé mi ausencia al comienzo de la lección (en el caso de una ausencia de al menos una semana, el estudiante tiene derecho a reportar falta de preparación al maestro que imparte la lección). La maestra estuvo de acuerdo y me dijo que al menos intentara escribir y que si fallaba, ella lo cancelaría. Escribí. Una semana después, me entero de que tengo una nota ingresada en mi diario. Obtuve 2. Sabía que si me hubiera preparado antes, habría obtenido una mejor calificación. Le pedí que cancelara la evaluación. Ella dijo que no lo cancelaría por mí. Le dije que me mintió porque estaba diciendo algo más y ella respondió que no lo haría porque se anunció la prueba. Le dije que no estaba allí cuando lo anunció. Dijo que podía averiguarlo y ese es mi trabajo. He estado en Londres. No tenía acceso a Internet y mi teléfono se rompió. No había nada que pudiera hacer. Por favor responde. ¿Quién tiene razón, yo o el maestro?
¡Hola Kubo! Dado que la escuela establece ciertas reglas (el derecho a reportar falta de preparación en ciertas situaciones), debe seguir estas reglas. Si el maestro promete algo, debe cumplir la promesa. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse u olvidar lo que dijo la semana anterior. Sin embargo, el recuerdo de la promesa debería hacerle cumplir su palabra. Entonces tienes razón, pero el maestro es el poder. La práctica enseña que en tales situaciones debes buscar soluciones suaves, por ejemplo, pregúntale amablemente al maestro si te permitirá mejorar esta prueba. Si eres bueno en matemáticas puedes intentar negociar, por ejemplo, si escribes al 5, se cancelará 2. Se trata de situaciones difíciles, porque la persona lesionada en primer lugar querría demostrar su punto: piensa en ello, busca testigos, etc. Se sabe, sin embargo, que el profesor acusado de mentir por el alumno deja de ser comprensivo y amable con el alumno. No importa si los hechos resultan de la falta de memoria del educador o de su renuencia a admitir un error. Sin embargo, no solo le importa el derecho, sino también la evaluación final. Por tanto, se necesita diplomacia. ¿Quizás el tutor ayudaría en las negociaciones? Piensa y actúa, o mueve tu mano. Esto último, cuando los dos en cuestión no afecten significativamente a la nota final. Buena suerte.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Barbara Śreniowska-SzafranUn profesor con muchos años de experiencia.