La hipertensión maligna es la forma más grave y peligrosa de hipertensión arterial. Su rasgo característico es que conduce rápidamente al fallo de muchos órganos (incluidos el corazón y el cerebro), que es una afección potencialmente mortal. Las personas que no reciben tratamiento pueden morir a los pocos días de desarrollar síntomas de hipertensión maligna. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de la hipertensión maligna? Cual es su tratamiento?
La hipertensión maligna, también conocida como hipertensión acelerada o fase maligna de la hipertensión, es una forma de hipertensión muy rara pero más grave. La hipertensión maligna se caracteriza por valores de presión que conducen a daño y mayor necrosis de la pared media de las arterias pequeñas y más pequeñas, es decir, las que suministran sangre a los órganos, p. cerebro, corazón, riñón e hígado. Como consecuencia, se producen daños y fallas en estos órganos, que es una afección potencialmente mortal. Cabe señalar que en la hipertensión maligna, no solo es importante un valor muy alto de la presión arterial, sino también la velocidad de su aumento. Es el aumento repentino y excesivo de la presión arterial que supera un cierto nivel crítico lo que provoca los cambios característicos en el sistema vascular y, en consecuencia, la insuficiencia multiorgánica.
La hipertensión maligna se diagnostica con menor frecuencia, lo que resulta de la mayor detección de hipertensión arterial y la propagación del tratamiento antihipertensivo (descenso de la presión arterial a valores normales). La prevalencia de hipertensión maligna entre todos los pacientes con hipertensión arterial se estima actualmente en menos del 1%. En este grupo tan reducido, se diagnostican con mayor frecuencia en hombres alrededor de los 44 años y en mujeres alrededor de los 36 años.
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Hipertensión maligna: causas y factores de riesgo
La hipertensión maligna puede desarrollarse en el curso de una hipertensión primaria no tratada o mal tratada (cuyas causas se desconocen) o una hipertensión secundaria (causada por una enfermedad específica), independientemente de su gravedad. En el último caso, la hipertensión maligna es causada con mayor frecuencia por enfermedades renales en el curso de las cuales ocurren patologías de los vasos renales o del parénquima renal.
También se ha demostrado un vínculo entre la hipertensión maligna y el tabaquismo y el uso de anticonceptivos orales.
Hipertensión maligna: síntomas
- presión arterial diastólica claramente elevada (puede alcanzar un valor de 140 e incluso 150 mmHg);
- insuficiencia renal progresiva;
- síntomas del sistema nervioso central de diversa gravedad: desde debilidad, pasando por alteraciones visuales, dolores de cabeza intensos, hasta encefalopatía hipertensiva grave;
También pueden predominar los síntomas de otros órganos, por ejemplo, el tracto gastrointestinal (síntomas de pancreatitis aguda o isquemia de la pared intestinal), infarto de miocardio.
Hipertensión maligna - complicaciones
- retinopatía hipertensiva (daño a la retina del ojo);
- Daño en el riñón;
- insuficiencia cardiaca;
- edema pulmonar;
También existe un alto riesgo de accidente cerebrovascular.
¡La hipertensión maligna puede provocar la muerte rápidamente!
El desarrollo de hipertensión maligna aumenta el riesgo de desarrollar encefalopatía hipertensiva. Un aumento repentino de la presión arterial, a valores que superan la capacidad adaptativa, conduce a un aumento del flujo sanguíneo dentro del cerebro y, además, a un aumento de la permeabilidad de las paredes arteriales, la penetración de componentes plasmáticos en el cerebro y su hinchazón, y en consecuencia a la muerte.
Hipertensión maligna - diagnóstico
La enfermedad se puede diagnosticar sobre la base de lo mencionado anteriormente. síntomas. Sin embargo, el diagnóstico final se realiza sobre la base de un examen de fondo de ojo, que revela la tercera o cuarta etapa de la retinopatía hipertensiva: hemorragias retinianas, derrames y edema del disco óptico.
Hipertensión maligna - tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial a niveles seguros con el uso de agentes antihipertensivos. Los medicamentos se seleccionan de la misma manera que para el tratamiento de la hipertensión esencial. El médico administra un fármaco y, si no es eficaz, se aumenta la dosis o se añaden agentes reductores de la presión arterial adicionales.
Hipertensión maligna: dieta y actividad física importantes
Un elemento muy importante en el tratamiento de la hipertensión maligna es una dieta hipocalórica (1500 kcal / día) con limitación de grasas animales y carbohidratos simples, y rica en verduras y frutas. Además, el paciente debe limitar el consumo de sal de mesa (<6 g / día). También es importante aumentar su nivel de actividad física, como caminar o andar en bicicleta con regularidad.
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