Según la ley, los suplementos dietéticos son preparaciones que son alimentos, no medicamentos. No pueden curar ninguna enfermedad, pero a veces son muy necesarios. ¿Cuándo vale la pena buscar suplementos? ¿Cómo utilizar la suplementación para ayudarte a ti mismo, no para hacerte daño?
Los suplementos están diseñados para complementar nuestra dieta con los nutrientes que se encuentran en los alimentos naturales: vitaminas, minerales y otras sustancias con efecto fisiológico. Este último grupo incluye no solo compuestos químicos, sino también extractos de plantas (por ejemplo, de ginkgo biloba, ginseng, valeriana) que no se encuentran en los alimentos. Los preparados que los contienen se denominan productos en el límite, porque es difícil determinar si todavía son suplementos dietéticos o ya plantas medicinales.
Se supone que en 2013 gastaremos PLN 2.900 millones en estos productos, lo que significa que un polo estadístico gastará alrededor de PLN 54 en ellos. Sin embargo, no es mucho, considerando que algunos de nosotros no los compramos en absoluto, otros gastarán mucho dinero en ellos. La única pregunta es si es necesario. Algunos argumentan que los suplementos dietéticos son esenciales para mantener la salud, otros argumentan que es suficiente comer adecuadamente. Quien tiene razon
Los suplementos no sustituyen una dieta inteligente, pero pueden ayudar al cuerpo.
Una dieta bien equilibrada aporta todas las sustancias que nuestro organismo necesita. Sin embargo, no todos los polacos logran usarlo a diario, por lo que pueden tener deficiencias de ciertos nutrientes que deben complementarse con suplementos dietéticos. ¿Qué nos puede perder? Ciertamente vitamina D. Las investigaciones han demostrado que su concentración en la sangre de un polo estadístico es demasiado baja durante al menos medio año debido a la zona climática en la que vivimos. No tenemos suficiente sol y la mayor parte de esta vitamina es sintetizada por la piel bajo la influencia de los rayos ultravioleta. Tampoco tenemos suficiente ácido fólico (vitamina B9), porque nuestra dieta cubre el requerimiento diario de este ingrediente solo en un 50%. En general, sin embargo, no carecemos de vitaminas antioxidantes (A, E y C). Entre los minerales, el consumo de calcio (hasta la mitad) y magnesio es ciertamente demasiado bajo (sin embargo, no se trata de grandes deficiencias). Es posible que las mujeres en el segundo trimestre del embarazo no tengan suficiente hierro y todas aquellas que no consuman pescado marino omega-3 dos veces por semana. Nuestra dieta también es demasiado baja en fibra: el polaco promedio come unos 20 g al día, pero debería ser de 30 g.
Tenga cuidado con las dosis altas: los suplementos pueden sufrir una sobredosis
Al tomar varias preparaciones al mismo tiempo, podemos sobredosificar algunas vitaminas y minerales, que pueden ser peligrosos para la salud. Estudios realizados a principios de este siglo han demostrado que, por ejemplo, los antioxidantes sintéticos como el betacaroteno o la vitamina A, tomados en grandes dosis, aumentan el estrés oxidativo (es decir, dañan el efecto de los radicales libres), en lugar de prevenirlo. También hay que recordar que un exceso de un componente puede conducir a la deficiencia de otro, por ejemplo, si usamos betacaroteno en dosis elevadas durante un tiempo prolongado, la concentración de vitamina E puede disminuir. Y es fácil sobredosis, no solo por el uso de varios productos. Muchos alimentos están enriquecidos con vitaminas y minerales. Si además tomamos suplementos dietéticos, es posible que tengamos demasiado nutriente. La forma de un suplemento dietético también puede contribuir a su exceso. En algunas personas que utilizaron preparaciones en forma de comprimidos efervescentes, se superó muchas veces la ingesta diaria de un componente mineral o vitamínico. Fueron tratados como una sabrosa bebida espumosa.
Consultar a un médico
Antes de tomar cualquier suplemento dietético, debemos consultar a un médico. Primero, es posible que no necesitemos ningún suplemento. En segundo lugar, puede resultar que debido a nuestro estado de salud no debamos tomar productos con ingredientes específicos, por ejemplo, el calcio y las preparaciones con arándanos (una gran cantidad de oxalatos) no se recomiendan para personas con cálculos renales, y las preparaciones con betacaroteno para fumadores. Además, los suplementos dietéticos pueden interactuar con los medicamentos, debilitando o intensificando sus efectos, por ejemplo, el extracto de ajo no debe tomarse en combinación con algunos antibióticos y el ginseng no debe tomarse con píldoras anticonceptivas. En tercer lugar, el médico recomendará un suplemento dietético, que está convencido de que tiene efectos a favor de la salud y es necesario para el paciente.
Poner suplementos en el mercado no requiere ensayos clínicos
Se estima que aproximadamente 3,000 nuevos suplementos dietéticos ingresan al mercado cada año. Su registro es mucho más sencillo y económico que en el caso de medicamentos cuya eficacia y seguridad deben ser confirmadas mediante ensayos clínicos. Basta con presentar a la oficina subordinada al Inspector Sanitario Jefe la documentación pertinente, incluyendo información sobre la composición del producto y su efecto promotor de la salud. El Inspector Jefe puede, pero no está obligado a, realizar una investigación destinada a aclarar si son compatibles con la realidad. A partir de diciembre de 2012, si el fabricante desea incluir información adicional en el envase (las llamadas declaraciones de propiedades saludables), debe consultar la lista de dichas declaraciones preparada por la Comisión Europea sobre la base de la investigación científica. Confirman que un ingrediente específico en una determinada dosis tiene un efecto positivo en la salud.
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