Una luxación de cadera en un adulto siempre es el resultado de una lesión. Es una enfermedad muy dolorosa y molesta, que requiere primeros auxilios y una rápida intervención médica.
Las articulaciones de la cadera son las articulaciones más grandes y sólidas del cuerpo humano. Son compactos, reforzados con una cápsula articular sólida y ligamentos fuertes. La cabeza de la articulación de la cadera es la cabeza esférica del fémur, que está incrustada en la cavidad de la articulación de la cadera formada en el hueso pélvico. La función de la articulación de la cadera es transferir el peso del cuerpo a las piernas mientras camina.
¿Quién está en riesgo de sufrir una luxación de cadera?
La articulación de la cadera, por su diseño, es menos susceptible a lesionarse que otras, pero en ocasiones se disloca. Solo un traumatismo grave causado por una fuerza elevada puede dañar la articulación de esta manera. Las dislocaciones de cadera suelen ser el resultado de accidentes de tráfico o en el trabajo (caída de una escalera, andamio) o lesiones durante la práctica de deportes. En este último caso, debido a posibles caídas muy dinámicas y efectos de grandes fuerzas, los más vulnerables a este tipo de daños son los esquiadores, snowboarders y montañistas.
Una luxación de cadera duele y hace imposible caminar
Bajo la influencia de una gran fuerza en la extremidad, la cabeza femoral se desliza fuera del acetábulo y pierde contacto con él. Con mayor frecuencia (en el 90% de los casos) se desplaza hacia atrás. Entonces es imposible mover la pierna y todos los intentos son muy dolorosos. Se acompaña de una hinchazón que progresa rápidamente, a menudo aparece un hematoma extenso. El daño a los nervios también puede lesionarse durante una lesión, lo que resulta en debilidad o ausencia de sensibilidad en el pie. El daño a los vasos sanguíneos puede causar un suministro de sangre insuficiente a toda la extremidad o hemorragia. El impacto también puede arrancar pequeños trozos de hueso.
Diagnóstico y tratamiento de la luxación de cadera.
Una luxación de cadera requiere primeros auxilios, seguidos de atención médica lo antes posible. La persona lesionada no debe moverse y, en cualquier caso, lo menos posible. Es necesario inmovilizar y endurecer la articulación de la cadera dislocada para no causar un sufrimiento adicional innecesario a la víctima y no causar más movimiento de la cabeza femoral. La persona enferma debe ser transportada acostada (lo mejor es llamar a una ambulancia). No intervenir con prontitud puede provocar daños graves en los vasos sanguíneos e incluso necrosis de la cabeza femoral.
El diagnóstico médico está precedido por rayos X, con menos frecuencia por un examen de ultrasonido. Son necesarios para determinar si, además del desplazamiento óseo, no ha surgido ningún otro daño (roturas óseas, fracturas, etc.) y si la cápsula articular o los tendones no se han desgarrado.
El tratamiento consiste en colocar la articulación lo más rápido posible, es decir, colocar la cabeza ósea en su lugar, el acetábulo. En general, es posible alinear la articulación sin cirugía, aunque puede ser necesario en lesiones complejas. El procedimiento (tradicional u operatorio) se realiza generalmente bajo anestesia general. Una vez colocada la articulación, el paciente debe permanecer acostado con la pierna en el elevador durante dos o tres semanas. Los próximos dos o tres meses son rehabilitación, lo que lleva a la restauración de la condición física anterior de la cadera. La luxación de cadera, especialmente las lesiones repetidas o no curadas de este tipo, pueden en el futuro ser la causa de la osteoartritis de las articulaciones de la cadera (coxartrosis).
La dislocación de cadera también puede ser una afección congénita, entonces estamos hablando de displasia de cadera. Afecta a tres de cada mil niños nacidos, en su mayoría niñas (80% de los casos). La lesión es la estructura anormal del acetábulo, que causa inestabilidad y saltos de la cabeza femoral. El tratamiento de la displasia se centra en colocar al niño en los primeros meses de vida con arneses, tirantes y tirantes especiales, que están diseñados para estabilizar las articulaciones de la cadera en la posición deseada. La cirugía solo se requiere ocasionalmente.