La meditación, es decir, despejar la mente de cualquier pensamiento y ponerla en un estado de observación tranquila y pacífica, tiene, como resultado, muchos beneficios: agrega energía, mejora la memoria y te hace inmune al estrés. Descubra lo que puede hacer la meditación y pruebe algunos ejercicios sencillos.
La meditación no tiene por qué estar relacionada con ningún sistema religioso. La mejor prueba es el hecho de que en la actualidad se utilizan con éxito varias técnicas de meditación en psicoterapia.
Meditación: beneficios
Los últimos estudios clínicos confirman los efectos beneficiosos de la meditación sobre la salud. Se ha observado que reduce la presión arterial, reduce la frecuencia cardíaca y ralentiza el metabolismo. Puede apoyar el tratamiento de la hipertensión, las arritmias cardíacas y el insomnio, aliviar las migrañas, el dolor crónico y la depresión. Sin embargo, sobre todo, la meditación tiene un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo al cambiar la frecuencia de las ondas cerebrales. Reduce la ansiedad y aumenta el nivel de serotonina en el cerebro. El estado de meditación conduce a la formación espontánea de nuevas conexiones en el cerebro y provoca cambios en aquellas áreas del cerebro responsables de la memoria, la empatía y el estrés. Los científicos lo han demostrado al observar diferencias en la estructura del cerebro de los meditadores y los que no practican la meditación. En el primero, la corteza frontal relacionada con la concentración y la integración emocional es un poco más gruesa. La investigación también ha demostrado un aumento en la densidad de materia gris en el hipocampo (centro de memoria y aprendizaje) y en áreas responsables de la autoconciencia y la compasión.
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Meditación: prueba este sencillo ejercicio
Para practicar la meditación, solo necesitas un momento de silencio, un poco de paciencia y constancia.
- Siéntese cómodamente con la espalda recta y los pies en el suelo (o en turco, con la manta doblada debajo de las nalgas).
- Respire por la nariz, con calma, lentamente, escuchando su respiración, prestando especial atención a la exhalación completa.
- Concéntrese en su cuerpo, relajando cada parte y órgano de su mente.
- Una vez que te sientas calmado y relajado, imagina que hay un tubo dorado que va desde tu ombligo hasta tu garganta con una pequeña bola dentro.
- Al inhalar, la bola se mueve hacia arriba, al exhalar, cae.
- Ahora, por un tiempo (cuanto más tiempo mejor), concéntrese solo en su respiración y esta visualización.
- Ignore los pensamientos en su mente, tratándolos como si fueran nubes moviéndose por el cielo.
- Intente extender el ejercicio durante unos minutos todos los días, pero no lo fuerce.
- Ajusta el tiempo de meditación a tus habilidades.