Muchas infecciones son de naturaleza estacional, ¿es este el caso del coronavirus y desaparecerá en verano, como la gripe? Compruebe lo que dicen los científicos al respecto.
En un clima templado, en el que viven los polacos, muchas infecciones son de naturaleza estacional. Este es el caso, por ejemplo, de la gripe, que suele contagiarse en invierno y remitir con la llegada de la primavera.
Muchos especialistas al comienzo de la pandemia sospecharon que la estacionalidad también sería una característica del coronavirus. Lamentablemente, el conocimiento actual sobre este tema muestra que en el caso del COVID-19 es más complicado, y el coronavirus -a pesar de algunas similitudes- en este asunto es diferente a la gripe.
¿Por qué la gripe depende de la temporada?
En Polonia, la gripe es una infección de otoño / invierno, pero en el otro hemisferio ocurre principalmente durante la temporada de lluvias.
Existen estudios que confirman que tanto el aire frío y seco como las condiciones especialmente húmedas favorecen su transmisión. También está influenciado por el hecho de que cuando hace frío fuera de la ventana, es más probable que nos reunamos en habitaciones y grupos de personas.
Sin embargo, una disminución en la gravedad de la epidemia de gripe durante el verano no significa que el virus esté muriendo a altas temperaturas. Algunos estudios dicen que migra al hemisferio opuesto, otros sugieren que en verano nuestra resistencia al virus simplemente aumenta debido a los niveles más altos de vitamina D y melatonina en el cuerpo.
¿Al coronavirus no le gusta el calor?
Cuando estalló la epidemia de SARS hace casi 20 años, los investigadores también estaban estudiando los efectos de la temperatura del aire en la propagación del virus. Descubrieron que el número de casos sí disminuyó en el verano, pero no fue el clima lo que lo influyó, sino las acciones de los servicios médicos, como la introducción de la cuarentena.
A pesar de esto, los investigadores están investigando el coronavirus para esto. Algunas pruebas realizadas en China muestran que las altas temperaturas y la alta humedad ayudaron a reducir la propagación de la enfermedad. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud cree que no hay razón para creer que la temperatura jugará algún papel en la extinción de la epidemia de COVID-19.
Después de todo, en países como Australia e Irán, COVID-19 se propagó muy rápidamente a pesar del clima cálido y húmedo.
Eso no es todo, según los especialistas, algunas cepas del virus pueden cambiar según el entorno, y así sobrevivir y desarrollarse en distintas regiones geográficas o climáticas.
Por lo tanto, los expertos aconsejan no asumir que los meses de verano serán más seguros y aún así tomar las precauciones adecuadas.
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