Definitivamente, varios trastornos del habla pueden complicar la vida de los pacientes. Estos incluyen problemas relacionados con el propio aparato del habla (por ejemplo, con el funcionamiento de los músculos alrededor de la boca y la garganta) y trastornos del habla relacionados con enfermedades neurológicas o psiquiátricas.
Las alteraciones del habla pueden dificultar significativamente el funcionamiento diario. Sí, puedes vivir sin hablar; como ejemplo, basta con dar a las personas que usan el lenguaje de señas. Sin embargo, hay que mencionar aquí las barreras que encuentran estas personas; después de todo, esta palabra se dirige a quienes la utilizan la gran mayoría de la sociedad.
Las estadísticas sobre la frecuencia de los trastornos del habla pueden ser asombrosas. Es decir, si se utilizan los criterios más estrictos, según las estadísticas, solo del 5 al 10% de las personas hablan correctamente. Resulta que las personas restantes tienen varios grados de trastornos del habla, generalmente leves e incluso imperceptibles.
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Trastornos del habla: tipos
Diferentes especialistas suelen tener opiniones diferentes sobre este tema, que en realidad se puede clasificar como un trastorno del habla. Entre tales problemas, se pueden distinguir, entre otros, trastornos de la fluidez del habla, trastornos de la articulación del habla y alteraciones relacionadas con la propia emisión de la voz. Algunos estudiosos tratan todos estos problemas como trastornos del habla, mientras que otros creen que los problemas relacionados con la emisión de voz deben excluirse de los trastornos del habla clásicos.
Uno de los trastornos más comunes de la fluidez del habla es la tartamudez. Los pacientes que luchan con este fenómeno pueden repetir una sola sílaba de diferentes palabras, pero a veces también repiten palabras completas o incluso fragmentos más grandes de oraciones. El tartamudeo también se caracteriza por pronunciaciones inusualmente más largas de diferentes palabras, así como por la aparición de espacios más largos entre las palabras consecutivas de un paciente determinado. Los otros tipos más comunes de trastornos del habla incluyen:
- disartria
- mutismo
- ceceo
- apraxia del habla
- disprosodia
- alalia
- dislalia
- afonía
- afonía
- anartria
- afasia del habla
- oligofasia
- parafasia
Trastornos del habla: causas
Definitivamente hay más causas de trastornos del habla que tipos de este problema. Esto se debe al hecho de que tanto los defectos congénitos (como el paladar hendido) como las enfermedades o problemas psicológicos experimentados durante la vida pueden conducir a problemas del habla. Entre las posibles causas de los trastornos del habla, se distinguen las siguientes:
- retraso mental
- daño a las estructuras cerebrales relacionadas con el habla (por ejemplo, como resultado de un accidente cerebrovascular o el desarrollo de un tumor del sistema nervioso central)
- afecciones neurológicas (por ejemplo, esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Huntington)
- daño a los músculos (o sus nervios) asociado con el habla
- cánceres que se desarrollan en la boca, el cuello o la garganta
- la discapacidad auditiva
- enfermedades laríngeas (relacionadas, por ejemplo, con la aparición de nódulos dentro de este órgano, el desarrollo de tumores o enfermedades resultantes del uso excesivo de la voz),
- problemas psicológicos (por ejemplo, la tartamudez puede provocar estrés severo, algunos trastornos del habla también pueden estar asociados con trastornos mentales, como esquizofrenia, autismo o demencia)
Trastornos del habla: ¿son un problema grave?
Cuáles serán las consecuencias de los trastornos del habla dependen principalmente del momento de su aparición en el paciente. En los niños, la pérdida del habla debería ser una preocupación; puede ser el primer síntoma del autismo.
Contrariamente a las apariencias, la tartamudez es a menudo un problema de gran importancia. Las personas que experimentan este fenómeno pueden sentirse tan avergonzadas que pueden tratar de evitar hablar tanto como sea posible. Esto puede aplicarse tanto a hablar en público, pero también, en las situaciones más extremas, a evitar comunicarse con otras personas en general. La tartamudez no solo puede generar complejos, por ejemplo, los niños pueden convertirse en víctimas de que sus compañeros se rían de ellos. La ocurrencia de una situación de este tipo puede, a su vez, provocar más problemas, como trastornos depresivos o trastornos de ansiedad.
En general, los trastornos del habla no deben subestimarse. Un ejemplo es el mutismo, es decir, un estado en el que el paciente no habla a pesar de que su aparato de habla funciona correctamente. Por ejemplo, experimentar un evento muy estresante puede provocar mutismo. La aparición de este problema en un niño puede indicar que ha sufrido algún daño excepcional; uno de los ejemplos más drásticos aquí es, por ejemplo, el abuso sexual contra menores. Es por eso que los trastornos del habla no deben tomarse a la ligera y deben buscarse sus causas.
Trastornos del habla: tratamiento
Si es posible encontrar la causa de los trastornos del habla, que puede ser, por ejemplo, la aparición de pólipos de las cuerdas vocales en una persona con trastornos de emisión de voz, entonces es posible implementar un tratamiento causal de los trastornos del habla.
En otros casos, por ejemplo, cuando un niño experimenta trastornos de la articulación o tartamudeo, se debe buscar la ayuda principalmente de un terapeuta del habla. La terapia con un especialista de este tipo puede ser tediosa y prolongada, pero definitivamente puede ayudar a lograr los resultados esperados en términos de mejorar el habla del paciente. A veces, especialmente cuando los problemas psicológicos han provocado trastornos del habla, visitar a un psicólogo o psicoterapeuta puede resultar útil. Cabe mencionar que un logopeda no es un especialista que solo puede ser visitado con niños. La ayuda de un logopeda también puede ser útil, por ejemplo, en pacientes tras un ictus, en los que la rehabilitación del habla permite, incluso parcialmente, revertir las consecuencias de esta enfermedad.
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