La embolia pulmonar (embolia pulmonar, embolia pulmonar) es una afección potencialmente mortal que requiere intervención médica lo antes posible. La embolia pulmonar ocurre cuando el material embólico (la mayoría de las veces sangre coagulada) obstruye la luz de los vasos pulmonares, lo que provoca insuficiencia cardíaca. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de una embolia pulmonar? ¿Cómo va el tratamiento?
Tabla de contenido
- Embolia pulmonar (embolia pulmonar): causas y factores de riesgo
- Embolia pulmonar (embolia pulmonar): síntomas
- Embolia pulmonar: complicaciones
- Embolia pulmonar: diagnóstico
- Embolia pulmonar: tratamiento
Una embolia pulmonar (también conocida como embolia pulmonar o embolia pulmonar) es una condición en la que la arteria pulmonar o cualquiera de sus ramas se bloquea parcial o completamente por material embólico. Como resultado, partes de los pulmones se vuelven disfuncionales y, a veces, incluso necróticas.
Embolia pulmonar (embolia pulmonar): causas y factores de riesgo
El material embólico más común que bloquea la arteria pulmonar es la sangre coagulada. Por lo general, proviene de las venas profundas de las extremidades inferiores o de la pelvis más pequeña (con menos frecuencia de las venas de la parte superior del cuerpo), desde donde ingresa a la arteria pulmonar junto con el torrente sanguíneo. La causa más común de coágulos de sangre en las venas profundas de las extremidades inferiores es la trombosis.
En casos raros, el material embólico es grasa (puede surgir después de fracturas de huesos largos), aire (ingresa al torrente sanguíneo con mayor frecuencia durante la inserción o extracción de un catéter vascular de una vena), masas neoplásicas, líquido amniótico (en el caso de separación prematura de la placenta en una mujer embarazada), cuerpo extraño (puede ser, por ejemplo, material de embolización, utilizado durante procedimientos endovasculares).
La embolia pulmonar es la tercera causa de muerte cardíaca después del infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
A su vez, los factores de riesgo son:
- embolia pulmonar previa
- enfermedades cardiovasculares: tromboembolismo venoso, insuficiencia circulatoria congestiva, aumento del número de plaquetas, accidente cerebrovascular reciente
- enfermedad pulmonar avanzada crónica
- Edad: el riesgo de que ocurra aumenta significativamente en los ancianos, especialmente después de los 70 años.
- inmovilización prolongada
- cáncer en etapa avanzada
- fracturas, especialmente en los huesos largos y la pelvis
- condición después de la cirugía
- obesidad
- anticoncepción hormonal oral
- el embarazo
- condición después del parto
Embolia pulmonar (embolia pulmonar): síntomas
En caso de embolia en los pulmones, síntomas como:
- dificultad para respirar que aumenta rápidamente, acompañada de cianosis del cuerpo
- dolor retroesternal intenso, generalmente punzante, en el pecho
- tos seca
- hemoptisis (llega a más tardar)
Los síntomas que lo acompañan son aumento de la frecuencia respiratoria y de los latidos del corazón, respiración superficial, inquietud general y sudoración. Puede sentirse mareado o desmayado.
La embolia pulmonar ocurre con mayor frecuencia en personas con enfermedades crónicas avanzadas, generalmente del sistema circulatorio y respiratorio.
Cabe señalar que la gravedad de los síntomas depende del grado de oclusión vascular pulmonar y del estado general del paciente. El cierre del tronco de la arteria pulmonar o de las ramas principales provoca síntomas violentos y suele provocar un shock o incluso un paro cardíaco. En el caso de la oclusión de un vaso más pequeño, la intensidad de los síntomas depende de la capacidad respiratoria del paciente, por ejemplo, en pacientes con insuficiencia cardíaca, los síntomas serán más graves que en sujetos sanos.
Embolia pulmonar: complicaciones
La consecuencia de la embolia pulmonar puede ser una embolia pulmonar crónica, un infarto pulmonar y, en casos extremos, un paro cardíaco repentino y la muerte.
Embolia pulmonar: diagnóstico
Cuando se sospecha una embolia pulmonar, se realiza lo siguiente:
- angio-TC de las arterias pulmonares (tomografía computarizada helicoidal), que permite una evaluación precisa de la permeabilidad del tronco pulmonar, ambas arterias pulmonares
Algunos especialistas creen que primero se debe realizar una gammagrafía pulmonar de perfusión (en lugar de una angiografía por TC pulmonar).
- análisis de sangre - incl. determinación de dímeros d plasmáticos, troponinas cardíacas (marcadores de daño miocárdico) y péptidos natriuréticos.
En el caso de la embolia pulmonar, la concentración de estos parámetros aumenta significativamente.
Los exámenes auxiliares son la radiografía de tórax, el examen ecocardiográfico y el examen electrocardiológico del corazón (EKG).
Al diagnosticar a un paciente, los médicos deben distinguir entre embolia pulmonar y afecciones como ataque cardíaco, aneurisma aórtico en disolución, neumotórax, neumonía, pericarditis, pleuresía viral y exacerbación de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
Embolia pulmonar: tratamiento
Al paciente se le administra primero heparina no fraccionada (inhibe el proceso de coagulación de la sangre) y luego fármacos trombolíticos cuya función es disolver el coágulo remanente en los vasos pulmonares y restablecer el flujo sanguíneo. Cuando la condición del paciente se estabiliza, se administra terapia anticoagulante con antagonistas de la vitamina K (acenocumarol, warfarina).
Un paciente con una embolia pulmonar rara vez se salva.
Si la terapia trombolítica no tiene éxito, puede ser necesaria la embolectomía pulmonar, un procedimiento que implica la extracción quirúrgica de material embólico de las arterias pulmonares mediante circulación extracorpórea.
Otra solución es insertar un filtro en la vena cava inferior que bloqueará el acceso de material embólico al corazón y los pulmones.
Según el experto Dr. Aleksandra Jezela-Stanek, MD, especialista en genética clínicaLa embolia pulmonar es muy peligrosa para las mujeres embarazadas y durante el puerperio. Estadísticamente, ocurre en 1/7000 entregas. Desafortunadamente, el riesgo aumenta significativamente aún más en las mujeres que tienen una carga genética de trombofilia congénita. Los cambios característicos de la trombofilia, es decir, una mutación del factor V (Leiden), el gen de la protrombina, se observan en más de la mitad de las mujeres con situaciones trombóticas.
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