Las mañanas son las peores, cuando el dolor en las articulaciones y los huesos te impide levantarte de la cama, y cada movimiento del cuerpo se convierte en una tortura. Se siente cansado, desamparado y la idea de tener que hacer hasta las actividades más simples de la vida lo llena de miedo. Porque cada uno de ellos provoca un sufrimiento insoportable. Así es como se manifiesta un complejo de unas 200 enfermedades de huesos y articulaciones, conocidas colectivamente como reumatismo.
Alrededor de 100 millones de personas padecen reumatismo en toda Europa y 9 millones en nuestro país. es decir, cada 5º polaco, por lo que recibe una pensión de un millón y medio. Las enfermedades, aunque difieren en síntomas o curso, atacan inesperadamente a todos: mujeres, hombres, niños, independientemente de la edad. Según los científicos de la Universidad de Harvard en Boston, el número de muertes causadas por enfermedades reumáticas puede aumentar hasta en un 40 por ciento durante las próximas dos décadas. Ya ahora, los pacientes viven en promedio 10 años menos que el resto.
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La rehabilitación del movimiento detiene el desarrollo del reumatismo.
La terapia del reumatismo es integral e incluye individual, según el grado de desarrollo de la enfermedad, la selección de agentes farmacológicos, la dieta y toda la gama de métodos de rehabilitación. Los medicamentos reducen la producción corporal de mediadores inflamatorios, las sustancias que causan la enfermedad, y detienen su liberación. La rehabilitación física también es necesaria, es decir, un sistema de ejercicios, sin el cual las articulaciones se deforman cada vez más. Parece una paradoja, pero es el movimiento, por doloroso que sea, el que impide que la enfermedad progrese. Su ausencia afecta negativamente la nutrición del cartílago articular y la producción de un líquido especial a través de la membrana sinovial, cuya función es reducir la fricción entre los elementos que componen la articulación. Una adecuada rehabilitación es muy importante para la eficacia de las articulaciones: masajes, tratamiento de frío y calor, electroterapia, terapia de ultrasonidos, magnetoterapia y actividad física. Pero para poder rehabilitarse es necesario deshacerse del dolor paralizante.
ImportanteLas sustancias producidas por el cuerpo, llamadas mediadores inflamatorios, son responsables de los síntomas dolorosos y duraderos de la inflamación de las articulaciones y los tejidos circundantes. prostaglandina e histamina. Son producidos y liberados por células inflamatorias: granulocitos y linfocitos (glóbulos blancos), plaquetas, macrófagos y mastocitos.
Maneras de dolor articular
El enfoque de la enfermedad y los métodos de su tratamiento han cambiado. Antes se trataba de combatir los síntomas: dolor, inflamación y restricción de movimiento en las articulaciones afectadas. Los agentes farmacológicos recetados tenían muchos efectos secundarios peligrosos para el tracto gastrointestinal. La llamada pirámide terapéutica, es decir, los medicamentos más débiles pero menos dañinos se administraron primero, y solo a medida que la enfermedad progresa, cada vez más fuerte. Hoy, por ejemplo, en la artritis reumatoide, se introducen desde el principio potentes fármacos citostáticos que bloquean la división celular, por ejemplo, el metotrest o la ciclosporina, que en muchos pacientes pueden inhibir por completo el progreso de la enfermedad. En casos graves, solo los medicamentos de última generación, los llamados Drogas biológicas. Se unen a los glóbulos blancos incontrolados que se desarrollan y dañan las articulaciones. Gracias a estas medidas, los glóbulos blancos se vuelven biológicamente inactivos y se inhibe el desarrollo de la enfermedad.
Según el experto, prof. dr hab. med. Jacek Szechiński, consultor nacional en el campo de la reumatologíaEl diagnóstico temprano y correcto brinda una gran oportunidad de detener el desarrollo de la enfermedad. El tratamiento puede ser muy eficaz porque se han introducido muchos fármacos modificadores de la enfermedad. En muchos casos, los tratamientos biológicos ofrecen posibilidades de éxito. Si el diagnóstico se hace demasiado tarde, los cambios se vuelven irreversibles. Sin embargo, el tratamiento con fármacos biológicos es muy caro, su valor mensual para el paciente ronda los 5.000 PLN, lo que significa que la disponibilidad es muy limitada. El año pasado, solo 200 pacientes pudieron aprovechar esta bendición.
Artritis reumatoide (AR)
Es una enfermedad del sistema inmunológico que, en lugar de defender al organismo contra bacterias, virus y otros factores nocivos, produce unas sustancias llamadas mediadores de la inflamación, y comienzan a destruir los propios tejidos del cuerpo. Atacan la membrana sinovial que recubre las articulaciones, destruyéndola y provocando inflamación. Primero, hay dolor e hinchazón en una articulación: la rodilla, la mano o el pie. La cantidad de células dañinas aumenta de manera incontrolable y la enfermedad se propaga a otras articulaciones y órganos. Nadie ha respondido todavía a la pregunta de qué hace que el sistema inmunológico se vuelva contra su cuerpo. Sin embargo, se sabe que ciertos defectos genéticos en la familia pueden aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Las infecciones virales previas, el estrés y los trastornos endocrinos pueden ser los factores causantes. La AR ocurre de manera bastante inesperada, ataca a personas entre las edades de 30 y 50, y las víctimas tienen tres veces más probabilidades de ser mujeres que hombres (se presume que se debe al cese de la producción de ciertas hormonas). En la mayoría de los casos, daña o destruye las articulaciones y los órganos internos, provocando una discapacidad permanente. El paciente se siente cansado, no tiene apetito, tiene dificultad para moverse, se ve afectado por la deformación y rigidez de las articulaciones y, sobre todo, sufre constantemente. El dolor le impide moverse y realizar actividades simples de la vida, perturba el sueño. Todo esto significa que uno de cada tres pacientes que padecen AR pierde la capacidad de trabajar dentro de los dos años desde el momento del diagnóstico. Los cambios mentales también son peligrosos. Los sentimientos de impotencia ante la enfermedad, el miedo al sufrimiento hacen que el paciente se retraiga en sí mismo, se aísle del entorno y muchas veces se deprima.