Nuestro cuerpo produce varios cientos de gramos de gas al día. Son inodoros. Es solo la fermentación que en ocasiones pueden ponernos en una situación difícil, por ejemplo durante una cena con la compañía.
Cuando comemos carbohidratos (azúcar, almidón, fibra), algunos de ellos no son digeridos y absorbidos en el tracto gastrointestinal superior. Va al intestino grueso, donde las bacterias intestinales esperan los restos. Bajo su influencia, los ingredientes alimentarios no asimilados fermentan. El producto de esta reacción química son gases malolientes que consisten en dióxido de carbono, hidrógeno, nitrógeno y metano. El aire ingerido al comer y beber aporta oxígeno a esta mezcla, lo que facilita la fermentación.
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Gas: indigestión y gas
El cuerpo produce muchos más gases intestinales si nos apresuramos, tragamos bocados grandes y bebemos con las comidas. Según los expertos, algunas personas tienen una tendencia hereditaria a producir más gases. Puede ser el resultado de una estructura específica de los intestinos o algunas enfermedades del tracto digestivo: parásitos, diverticulitis o intolerancia a la lactosa, es decir, azúcar de la leche. Pero la mayoría de las veces las dolencias son causadas por errores dietéticos.
La producción excesiva de gas se asocia con indigestión y gases. No es fácil determinar la causa. Si tiene dolor de estómago o calambres pocas horas después de una comida, consulte a su médico. Como regla general, solicita un análisis de sangre general, un cultivo de heces y una ecografía. cavidad abdominal. Los resultados le permiten afirmar si el tracto digestivo está sano y si los parásitos han anidado en él. Si las pruebas no confirman la enfermedad, debe cambiar su dieta, pero sobre todo evitar ciertos alimentos.
Vinos de fermentación
Nuestro cuerpo produce de 180 a 720 g de gas al día. Esto es normal. Los gases en los intestinos son inodoros. Su olor cambia solo después de la fermentación.
Dieta para el exceso de gases
Los ingredientes formadores de gas de los platos incluyen, entre otros azúcares de la familia de los oligosacáridos, lactosa, algunas fibras solubles y almidón.
Los oligosacáridos se encuentran principalmente en frijoles, brócoli, coles de Bruselas, repollo, coliflor, guisantes secos y lentejas. No se digieren completamente porque los humanos carecen de la enzima (alfa-galactosidasa) necesaria para descomponerlos por completo. Entonces aumentan la producción de gases (frijoles hasta doce veces) en el intestino grueso.
La lactosa, es decir, el azúcar contenida en la leche y los productos lácteos, puede aumentar la producción de gas hasta ocho veces. Esto sucede cuando el cuerpo no tiene suficiente de su propia enzima lactasa necesaria para digerir este azúcar. La intolerancia a la lactosa se puede detectar mediante pruebas de alergia o análisis de sangre. La forma más fácil de diagnosticar esta afección es dejar de consumir todos los productos lácteos durante al menos dos semanas. Los yogures naturales son una excepción aquí, porque son predigeridos por las bacterias utilizadas en su producción. La enzima lactasa también se puede tomar en tabletas después de acordar la dosis con su médico.
Las fibras solubles, como las del salvado (beta-glucanos) y las manzanas (pectinas), solo pueden digerirse parcialmente en el intestino grueso. Aquí se convierten en un material para la producción de gases. Según una investigación realizada por científicos estadounidenses, beber tres vasos de jugo de manzana al día aumenta cuatro veces la cantidad de gas en el cuerpo.
El almidón, que no se digiere en el estómago ni en el intestino delgado, pasa al intestino grueso y se convierte en un caldo de cultivo para las bacterias productoras de gases. El trigo, la avena, el maíz, las patatas e incluso el pan o la pasta pueden ser una fuente de problemas. En este sentido, el grano más seguro es el arroz.
Vale la pena saber que la vitamina C en tabletas también puede causar hinchazón y gases. Si está tomando más de 500 mg al día, limítelo a 200 mg y coma más frutas cítricas y pimientos dulces. La vitamina C que contienen no provoca sensaciones intestinales.
Freno de gas
Cuando cocine verduras que tengan propiedades explosivas, agregue ajo o jengibre. Personas propensas a los llamados Los vientos deben consumir menos grasas, cuya digestión favorece la formación de gases en el organismo, y no utilizar edulcorantes (sustitutos del azúcar).
Hazlo necesariamenteObserve su cuerpo para saber a qué hora y después de qué alimentos tiene gases. No siempre es suficiente eliminar estos alimentos del menú. Las hierbas y los medicamentos a menudo ayudan. Se recomiendan los agentes que provocan la descomposición de pequeñas burbujas de gas en el estómago y los intestinos (por ejemplo, espumisan). Puedes beber infusiones de corteza de canela, semillas de anís, hojas de albahaca, hisopo y hierbabuena sin miedo. Las preparaciones listas para usar también son convenientes. El equilibrio de gas natural en los intestinos se puede restaurar, por ejemplo, con beneflora.
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