El síndrome de cierre conduce a una discapacidad física completa, mientras se mantiene la aptitud mental. Es un estado en el que el cuerpo está inerte y el paciente sabe exactamente lo que sucede a su alrededor. ¿Cúales son las razones para esto? ¿La parálisis corporal es el único síntoma de la enfermedad? ¿Cuál es el tratamiento para las personas con síndrome de oclusión? ¿Puede recuperarse de él?
El síndrome de bloqueo o LIS es un trastorno neurológico poco común en el que todos los músculos del cuerpo están completamente paralizados, excepto los que controlan el movimiento de los ojos. La enfermedad afecta a personas de todas las edades, pero ocurre con mayor frecuencia en la mediana edad, con una frecuencia similar en hombres y mujeres.
Se empezó a hablar más de la banda de cierre cuando se estrenó la película "Butterfly and Suit", que es una adaptación del libro del mismo título. Su personaje principal es el editor de la edición francesa de la revista ELLE, Jean-Dominique Bauby, que ha vivido con el síndrome del cierre desde un derrame cerebral masivo en 1995. Murió en 1997.
Síndrome de cierre: causas
La causa del síndrome de cierre es el daño al tronco encefálico, específicamente el daño a la parte abdominal bilateral del puente. Aquí es donde las señales viajan desde el cerebro a los nervios para activar el movimiento (además del movimiento vertical de los ojos) y el habla.
Las causas más comunes de lesión del tronco encefálico son los accidentes cerebrovasculares (hemorrágicos o isquémicos) y las lesiones mecánicas de la nuca y la columna cervical superior (incluidos los procedimientos de columna cervical demasiado invasivos).
Otras causas del síndrome de cierre incluyen:
- puente de hemorragia
- absceso puente
- cáncer de tronco cerebral
- enfermedades cardiovasculares (principalmente lesiones ateroscleróticas avanzadas)
- sobredosis de droga
- reacción a la vacuna
- hipoglucemia prolongada
Síndrome de cierre: síntomas
Una persona que padece el síndrome de cierre clásico permanece constantemente inmóvil debido a una extensa parálisis de los músculos esqueléticos.
Sin embargo, como no hay daño a la capacidad de pensar o asociarse (las estructuras superiores del cerebro siguen siendo completamente funcionales), el paciente está alerta y plenamente consciente (puede oír, oler, oler y sentir). Sin embargo, la comunicación con él solo es posible mediante movimientos oculares o parpadeo. Debido a la descoordinación de la respiración con la tensión de las cuerdas vocales, es imposible emitir ningún sonido (el paciente respira de forma independiente a través del tubo endotraqueal).
Los médicos también distinguen variantes incompletas del síndrome de cierre, donde el paciente tiene restos de movimiento voluntario, a excepción de los párpados y los globos oculares.
La tercera variante es el síndrome de oclusión total, en el que los pacientes están completamente inmóviles (incluidos los globos oculares y los párpados).
Síndrome de cierre: diagnóstico
Debido al hecho de que es difícil distinguir el estado cerrado del estado vegetativo, se realizan tomografías cerebrales, angiografías y resonancias magnéticas. Solo sobre la base de una imagen precisa de los cambios neurológicos se puede diagnosticar el síndrome de cierre.
Síndrome de encierro: tratamiento
En los primeros días posteriores a la aparición de los síntomas de la enfermedad, lo más importante es trabajar en la determinación del código de comunicación adecuado. El método de comunicación más utilizado es el sistema alfabético: el paciente indica la letra seleccionada con un movimiento ocular acordado.
Vale la pena saber que solo algunas personas lograron "salir" del síndrome de cierre; desafortunadamente, el tratamiento causal y la recuperación de la función neuromuscular es imposible.
También es necesaria atención 24 horas al día, 7 días a la semana, administrar alimentos a través de un tubo directamente en el estómago (debido a trastornos de la deglución), administrar gotas especiales para los ojos para prevenir la conjuntivitis y otros medicamentos. También es importante movilizar al paciente para que emprenda una actividad mental ampliamente comprendida (a pesar de las limitaciones existentes).
Síndrome de cierre: pronóstico
El curso y el pronóstico son diferentes según las complicaciones que ocurran durante el curso del síndrome de cierre. Estos pueden ser, por ejemplo: duodenitis hemorrágica, hipertensión, fiebre, leucocitosis, hiperplasia, cambios en el perfil lipídico del suero sanguíneo o trastornos respiratorios.
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