La parasitología es el estudio de los parásitos y el parasitismo en la naturaleza y los mecanismos implicados en los procesos parásito-huésped. Un parasitólogo se ocupa del diagnóstico de enfermedades parasitarias y zoonóticas, incluidas las exóticas. Compruebe qué pruebas puede solicitar el parasitólogo.
Tabla de contenido
- Parasitología: ¿qué enfermedades puede diagnosticar un parasitólogo?
- Parasitología: ¿qué pruebas solicita un parasitólogo?
- Métodos de tratamiento utilizados en parasitología.
La parasitología es una ciencia relacionada con las ramas individuales de la ciencia en el campo de la biología, la medicina, la medicina veterinaria y la agricultura. Los inicios de la parasitología se remontan al siglo XVII y se refieren al estudio de la morfología, fisiología y biología de los helmintos (todos los grupos de gusanos parásitos).
Este campo comenzó a expandirse rápidamente a principios del siglo XIX y XX. Debido al desarrollo de la investigación moderna, las siguientes áreas de parasitología se distinguieron a principios del siglo XX:
- parasitología ecológica
- parasitología evolutiva
- parasitología médica
- parasitología general
- parasitología veterinaria
Parasitología: ¿qué enfermedades puede diagnosticar un parasitólogo?
Los síntomas de la infestación de parásitos generalmente se parecen a los de la influenza o la intoxicación alimentaria y, por lo tanto, los portadores de parásitos a menudo no lo saben. En función de los síntomas, buscan otras enfermedades o simplemente las ignoran.
Con el tiempo, esto puede ser muy peligroso para su salud ya que los parásitos pueden atacar muchos órganos, como los intestinos, pulmones, hígado, cerebro, músculos, articulaciones, corazón, útero, riñones, vejiga, vasos sanguíneos, linfa, piel y sistema digestivo.
Los síntomas más comunes incluyen: dolor de cabeza, flatulencia, diarrea, insomnio, aumento de temperatura, dolor muscular, dolor en las articulaciones, falta de apetito, náuseas, estreñimiento, fragilidad de las uñas, problemas de la piel. Las infecciones parasitarias crónicas pueden ser una fuente de, entre otras. asma, alergias y trastornos neurológicos.
Las enfermedades parasitarias más comunes diagnosticadas por un parasitólogo incluyen:
- tenia - enfermedades causadas por varias especies de tenias (tenia desarmada, tenia armada, equinococo, tenia enana) que viven en el sistema digestivo.
- piojos y sarna - enfermedades parasitarias de la piel
- triquinosis: una enfermedad parasitaria grave causada por una infección por Trichinella ileum
- ascariasis - una enfermedad parasitaria del intestino delgado, causada por lombrices intestinales
- fasciolosis: una enfermedad parasitaria causada por el parásito hepático
- Enfermedad de Lyme: una enfermedad causada por garrapatas
- Toxoplasmosis: una enfermedad causada por una infección por Toxoplasma gondii.
- owwis - enfermedad parasitaria del intestino grueso, causada por oxiuros humanos
- clonorcosis: una enfermedad parasitaria causada por trematodos
- infección estafilocócica
El parasitólogo también realiza pruebas para detectar enfermedades parasitarias tropicales, como amebiasis, malaria, leishmaniasis, filariasis y esquistosomiasis.
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Un parasitólogo es un médico que examina la presencia de parásitos en el cuerpo humano. Vale la pena acudir a un parasitólogo de manera profiláctica, porque al principio los síntomas no necesariamente indican la presencia de parásitos en nuestro cuerpo.
Cuanto antes se haga un diagnóstico apropiado, menor será el riesgo para el cuerpo. Las pruebas básicas que comprueban la presencia de parásitos en nuestro organismo son:
- examen de heces (sospecha de infección por lamblia, oxiuros, tenias, amebiasis, lombrices intestinales humanas)
- pruebas serológicas (en el caso de la enfermedad de Lyme y la triquinosis)
- examen de ultrasonido (sospecha de infección por tenia o lombriz intestinal)
- análisis de sangre (sospecha de infección por tenia, toxoplasma, trichinella)
- examen del contenido del duodeno (sospecha de forma vegetativa de lamblia)
- examen del líquido cefalorraquídeo o líquido de la cámara anterior del ojo (sospecha de toxoplasmosis)
- el contenido de las úlceras cutáneas (sospecha de leishmania)
Biorresonancia y parásitos
La terapia de biorresonancia, por otro lado, implica la introducción de microorganismos patógenos (o parásitos) en vibraciones que provocan su degradación. Según los defensores de este método, los métodos de laboratorio tradicionales tienen grandes limitaciones diagnósticas y detectan su presencia solo en casos raros. Casi todas las personas sometidas a pruebas de biorresonancia son diagnosticadas con varios tipos de gusanos, amebas y trematodos. La medicina convencional no reconoce esta prueba, por lo que no se recomienda para el diagnóstico de parásitos y otras enfermedades.
Métodos de tratamiento utilizados en parasitología.
La farmacoterapia es necesaria para eliminar los parásitos del cuerpo. El parasitólogo debe prescribir antihelmínticos según la infección parasitaria detectada.
Un elemento importante en la terapia antiparasitaria es el uso de antihistamínicos, que evitan que el sistema inmunológico altere el tratamiento.
Otra solución para tratar las infecciones parasitarias es un método que utiliza luz de espectro completo de alta energía procedente de un arco eléctrico de carbono. Esta luz es eficaz para destruir parásitos, incluidas las tenias.
En casos extremos, es necesario eliminar quirúrgicamente el parásito del cuerpo.
Algunas personas usan la medicina natural para ayudar a eliminar los parásitos del cuerpo, pero debe tenerse en cuenta que no existe evidencia científica que confirme la efectividad de estos métodos.
La forma de deshacerse de los parásitos digestivos es comer semillas de calabaza recién peladas. Sus propiedades antiparasitarias se deben a la presencia de cucurbitacinas.
Estos compuestos son tóxicos para los parásitos y atacan su sistema nervioso. Luchan contra parásitos como: tenias, lombrices intestinales, oxiuros y anquilostomas duodenales. El ajo también es uno de los productos naturales que combaten los parásitos en el sistema digestivo humano.
En el caso del tratamiento, la dosis diaria de ajo debe ser de 3-5 g. También se utilizan tratamientos a base de hierbas, que consisten en una composición de hierbas: ajenjo, centuria, arándano, manzanilla, tomillo, alucinaciones, lúpulo, hierba de San Juan, salvia y artemisa.
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