Si bien la causa del estrés puede variar, los síntomas del estrés como aumento de la frecuencia cardíaca, ardor en el estómago, presión arterial alta, dolor de espalda, dificultad para dormir e incluso problemas en la piel comienzan con una reacción física repentina que no pierde ninguna célula de nuestro cuerpo. .
Todos los días, cientos de pequeños eventos estimulan el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. El cerebro, el centro de gestión de todos los procesos de la vida, recibe millones de datos cada segundo. En primer lugar, procesa aquellos que llevan información sobre una potencial amenaza y requieren una respuesta defensiva inmediata. Puede ser una pelea o una huida. Cada uno de ellos requiere la movilización completa de todo el organismo.
Estrés: ¿qué le está pasando a tu cuerpo?
La alarma llega a la glándula pituitaria, que comienza a liberar sustancias a la sangre que estimulan las glándulas suprarrenales para aumentar la producción de adrenalina y norepinefrina.
Estas son las hormonas de alarma, también conocidas como hormonas del estrés, que obligan a nuestros órganos a trabajar a plena capacidad. El estómago secreta más ácidos para digerir los alimentos más rápido, que luego el páncreas y el hígado descomponen en compuestos que nutren los tejidos.
El corazón comienza a bombear sangre más rápido para que lleguen a las células más oxígeno y sustancias energéticas: glucosa y ácidos grasos. Si tal estado de mayor preparación dura mucho tiempo o regresa permanentemente, el cuerpo no tiene tiempo para regenerarse y funciona cada vez peor.
Efectos de vivir bajo estrés
Por eso, vivir bajo estrés, es decir, estar constantemente dispuesto a luchar o huir, debilita tu inmunidad y es la causa de la mayoría de enfermedades. No se puede eliminar, pero sus efectos negativos se pueden minimizar.
Tal antídoto es la serotonina producida por el cerebro, uno de los neurotransmisores que determina el buen estado mental y la resistencia al estrés.
Resulta que tenemos influencia sobre su secreción. Su cantidad aumenta durante el esfuerzo físico y el tiempo soleado. También es importante una dieta rica en triptófano, un aminoácido necesario para la producción de serotonina.
Sus buenas fuentes son, entre otras plátanos, yemas de huevo, carne de pavo, hongos porcini, dátiles, nueces, mangos.
Compruebe cómo combatir el estrés
"Zdrowie" mensual